La muela del juicio, también
llamada tercer molar, comienza a erupcionar entre los 18 y 26 años
aproximadamente, y como todos sabemos, o deberíamos saber, es un molar inútil
que se presentan en nuestra vida para complicarla un poco más, y no para
masticar mejor, porque no nos hace falta. Si no existiera tendríamos un
problema menos, tanto los afectados por ella como el dentista que tiene que
“enfrentarse” a ella.
¿Por qué las tenemos?
Nuestros antepasados hace un
millón de años tenían unos maxilares muy desarrollados, y les cabía incluso un
cuarto molar, el hombre actual tiende a suavizar sus rasgos faciales y al
hombre moderno no siempre le cabe ese tercer molar. La muela del juicio sale
cuando ya todas las demás piezas están acomodadas y el crecimiento y desarrollo
de los maxilares está llegando a su fin o ya están totalmente estabilizados y
no van a crecer más.
¿Para qué sirve?
Hace 150 000 años para triturar
mejor los alimentos crudos, tal vez, hoy para nada, para complicar la higiene.
Pueden ser útiles cuando has
perdido una muela vecina y la de juicio se desplaza y ocupa su lugar de una
manera aceptable, o cuando no tienes ninguna muela vecina (te las has
extraído), y la de juicio se mantiene sana y bien posicionada.
También es posible que te quepa
en la boca perfectamente y puedas limpiarla sin dificultad, tu dentista tiene
que evaluarla y decidir qué hacer, muchas veces no hacer nada es lo mejor.
¿Por qué tarda en salir?
La muela del juicio tiene
diferentes obstáculos y da diferentes complicaciones eruptivas, según sea la
superior o la inferior. La más famosa suele ser la inferior, porque las quejas
de los pacientes son más frecuentes, pero la superior también tiene lo suyo.
El problema es la falta de
espacio, la muela busca acomodarse pero no hay una plaza de aparcamiento
adecuada y busca ponerse en doble fila. O sacamos la muela o la dejamos ahí
amontonada, una de dos.
La muela del juicio inferior
erupciona en la parte más posterior de la boca, en dicha zona se termina lo que
llamamos encía adherida y comienza lo que se denomina mucosa oral y de la
garganta. Los tejidos blandos que rodean la muela que está asomando en el
ambiente bucal forman un capuchón o bolsa que envuelve a la muela y que a su
vez sirve de bolsillo semicerrado, donde migran y se instalan bacterias,
penetran restos alimenticios y se forman detritus que favorecen la
proliferación de las bacterias bucales, que encuentran en la zona un hábitat
óptimo para su desarrollo. Hay protección, nutrientes, humedad y temperatura
adecuada, y lo más importante: no hay higiene.
Si no son muchas, o no son
agresivas, o nuestras defensas las controlan y la higiene es buena, puede ser
que no de muchos problemas, y pueda seguir así muchos años. En caso contrario,
mientras dure el período eruptivo (a veces años, con períodos de calma y
períodos de actividad), y según la posición y situación de la muela en la zona;
según la encía sea, blanda, carnosa o abultada, favorecerá o no la retención de
residuos. La invasión de bacterias bucales junto con la imposibilidad de
cepillar, para barrer las bacterias, terminan por provocar una infección y
nuestro organismo reaccionará para defenderse produciendo una inflamación de
los tejidos circundantes a la muela.
Esta inflamación puede estar bien
circunscrita alrededor del capuchón de carne que rodea la muela
(pericoronitis), o puede extenderse a la cara, al piso de la boca, produciendo
inflamación de los ganglios.
La cara puede hincharse en forma
de pera y estar la piel dura, roja y caliente (celulitis, flemón). Es posible
que no puedas abrir la boca (trismus), es posible que te muerdas la carne que
está hinchada.
El dolor se puede extender al
oído, a la cabeza, al ojo, al ángulo de la mandíbula, al piso de la boca, a la
garganta, Cuando se extiende a la garganta, duele al tragar.
¿Por qué duele?
La muela del juicio en erupción
duele porque hay una inflamación, no porque haga presión y esté «empujando». La
sensación de «empuje» es porque la zona está inflamada y hace doler todo el
costado de la mandíbula y hacia adelante.
Hay una inflamación porque hay
una infección favorecida por su situación especial, porque en la zona se hace
difícil la higiene y la bolsa de carne retiene detritus y bacterias, esta
«bolsa», tú, no puedes verla, es el dentista el que puede sondarla con una
sonda especial, y mostrarte cómo entra la sonda.
Cuestiones relacionadas
1. La
muela del juicio puede doler porque tiene caries.
2. La
muela que realmente te duele puede que sea la vecina a la muela del juicio, y
el dolor se irradie por la mandíbula, te confunde.
3. A
la muela del juicio le hicieron una endodoncia, pero falló, y está doliendo por
culpa de un fallo en la Endodoncia, te confunde.
4. La
muela del juicio tiene piorrea, te duele por la periodontitis, no por
complicaciones eruptivas, aunque pueden estar relacionadas.
El tercer molar retenido (que no
sale) puede dar lugar en un 5% de los casos a un quiste llamado «quiste
dentígero», que es muy agresivo y destruye el hueso mandibular.
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